Empieza la cuenta atrás.

Crear maletas de recuerdos, y destruir otros tantos. Ser un tanto suicida y perderme entre los tuyos sin quererlo, pero pronto dejarlos a un lado. Ser yo quien escoja qué quiere en su vida. Guardar, tirar, olvidar. Guardar, tirar, olvidar. Y vuelta a empezar. Todo ello escondida en la penumbra de un cuarto cuyas paredes ya no susurran historias, procurando huir del calor de un sol que no da tregua.
Calor, pero no calidez.