Dejarse llevar suena demasiado bien.

Sabes, antes tenía miedo. Tenía miedo del verbo olvidar. De jamás poder decir "te quiero". De destruir ilusiones ajenas. De no ser lo suficientemente buena. De que mis besos no llegasen al alma. De ser incapaz de amar como hizo Julieta. De perder mi sonrisa por un adiós.
Ahora sé que tenía miedo de mí misma. Me aterraba pensar que jamás nadie me querría, cuando ni yo misma lo hacía. Temía ser demasiado cruel y a la vez demasiado enamoradiza. Sentía verdadero pavor ante la perspectiva de un nuevo amor, a la vez que la adrenalina recorría mis venas. La razón de mis pesadillas era que no sabía quién era, ni qué quería. Ahora lo sé, y tú no estás dentro mis planes.